28 de octubre, 2019
CEPA Panamá
El 19 de septiembre de 2017, a las puertas de su escuela, Santiago se despedía de su mamá contándole que ese día seria su mejor partido de fútbol. Ella desconocía que esta seria la ultima vez que vería a su hijo. Ese día en México, un sismo de magnitud 7.1, alrededor de la 1:14 pm, derrumbó las estructuras de la escuela donde Santiago estudiaba, dejando un saldo de 19 niños y 7 adultos fallecidos.
Dejamos a nuestros hijos en la escuela, confiados en el reencuentro una vez finalice la jornada. No pensamos que una tragedia de esta magnitud pueda alcanzarnos. Los fenómenos naturales no son un tema de preocupación en Panamá. Han ocurrido distanciados en el tiempo, y la gente tiene la percepción de que “aquí no pasan esas cosas, somos privilegiados”. Esta es una creencia errónea, ya que Panamá está rodeada de cuatro placas tectónicas oceánicas (Placa de cocos, Placa del Caribe, Placa Sudamericana y Placa de Nazca), que lo convierten en un país sísmico.
La historia también demuestra lo equivocado de este pensamiento. Al menos 10 terremotos han ocurrido en los últimos 100 años en el territorio nacional, dejando pérdidas materiales y humanas a su paso. Los tres más devastadores fueron:
Pero no son solo los sismos, los incendios son igualmente eventos que no podemos predecir, que ocurren en el país con mucha mayor frecuencia, y que dejan también saldos dolorosos.
La preparación previa, es sin lugar a dudas una pieza clave para la prevención de riesgos, y en el aumento de la probabilidad de sobrevivencia en situaciones de emergencia. Esto es de especial importancia cuando se trata de escuelas, donde por lo general hay un solo adulto (el profesor) a cargo de muchos niños.
Un programa escolar de emergencias, abarca el conjunto de acciones coordinadas de respuesta (enmarcadas en los lineamientos de la gestión de riesgos) que deberán tener los miembros de un instituto educativo ante un evento inesperado. En el proceso de su creación se deben identificar las vulnerabilidades, necesidades y recursos (humanos, financieros, materiales, y técnicos), para diseñar las estrategias y actividades enfocadas en disminuir el impacto en una situación de emergencia.
Existen muchas razones para asegurarse de tener un adecuado programa de respuesta a emergencias en la escuela de nuestros hijos:
Para que el programa escolar de emergencia cumpla sus objetivos y se desarrolle de manera oportuna y efectiva, existen consideraciones a tener en cuenta antes de que la situación de emergencia y/o desastres se produzca:
Los simulacros entregarán información valiosa a la comunidad educativa, sobre si las acciones incluidas en el protocolo escolar de emergencia son las suficientes y/o adecuadas. Así como si se cuentan con los insumos, recursos, formación y coordinación necesarias para que cumpla con sus objetivos.
Los resultados del simulacro, deben ser usados para actualizar y adaptar el protocolo escolar. Normalmente, los resultados de los primeros simulacros no serán los mejores, pero de los errores cometidos se aprenderá lo que se requiere corregir o adaptar.
La realización continua de estos simulacros permitirá mejorar los resultados con el tiempo, y esto hará que el nivel de riesgo para los miembros de la comunidad educativa se reduzcan significativamente.
Según el directorio de escuelas de MEDUCA del año escolar 2018, en Panamá hay 3125 escuelas oficiales y 515 particulares. La gestión del riesgo de las escuelas oficiales se encuentra bajo la responsabilidad de la Dirección Nacional de Educación Ambiental de MEDUCA. Esta unidad cuenta con un manual para la elaboración de los planes de seguridad escolar. Cada centro educativo tiene la responsabilidad de confeccionar su propio plan de emergencia, empleando como base este manual. En el caso de las escuelas particulares, la prevención es responsabilidad exclusiva de la administración de las mismas.
Si bien es cierto que MEDUCA ofrece los lineamientos para que cada escuela cuente con su plan de seguridad, también es una realidad que no todos los centros educativos cuentan con personal que posea el conocimiento, la experiencia y la habilidad para identificar las amenazas del entorno, diseñar las estrategias para mitigar las vulnerabilidades, adaptar el plan para cada tipo de evento que pueda presentarse, guiar los simulacros y adaptar el plan según los resultados obtenidos.
El programa escolar de emergencias, debe incluir la explicación por escrito de cómo se comunicará la escuela con los padres en caso de emergencia, a quién deben contactar los padres, cuáles son los planes de evacuación de los niños, cómo se reunirán los padres con sus hijos después que los funcionarios de emergencia digan que es seguro hacerlo.
Revisando la bibliografía y los consejos de expertos en seguridad a nivel mundial, existen muchas recomendaciones que se pueden dar para reducir el riesgo en las escuelas, las 3 más importantes son:
Como reflexión final te queremos dejar algunas preguntas que vale la pena hacerse, en especial porque sus respuestas pueden influir en el nivel de seguridad de tus hijos en la escuela:
En CEPA contamos con un equipo multidisciplinario, con experiencia en evaluar y asesorar todo tipo de organizaciones en temas relacionados a la seguridad. Nos especializamos en programas de manejo de emergencias, simulacros de evacuación, y señalizaciones de seguridad, cumpliendo con los requisitos de las autoridades competentes.
Consulta sobre estos y todos nuestros servicios al 6780-6899 y 6504-8665.